lunes, 27 de diciembre de 2010

km 1.

Comienzo esta aventura desde lo más profundo de mi alma, transmitiendo miedos que obstaculizan mi camino... Y procuro desnudar lo más íntimo de mí para que, tanto usted como yo, compartamos un aprendizaje...
La madre Teresa de Calcuta pronunció una vez las mismas palabras que hoy perfilan las mías "hay que hacer de lo ordinario algo extraordinario".
Todo lo que somos ahora, es lo que ahora disfrutamos.
Empeñarse en mirar hacia los años venideros pensando en qué tendremos y no en qué seremos es, en mi opinión, perder el tiempo. Los amigos vienen y van, sólo unos pocos estarán contigo siempre. Lo material se desvanecerá cuando caiga el último grano de arena de nuestro reloj vital. La familia, el amor, DAR SIN ESPERAR RECIBIR NADA A CAMBIO, CEDER POR AQUELLO EN LO QUE CREES Y POR AQUELLOS A LOS QUE QUIERES, TE LLENARÁ DE PAZ SIEMPRE.
Luchar por lo que uno cree, respetando a los demás y esperando ser respetado, me hace pensar ahora, aquí tumbada en mi cama, que soy capaz de enfrentarme a la realidad. Voluntad, esfuerzo, y amor al prójimo, son la clave.
Tengo miedo de que mis padres se preocupen cuando ya no esté en casa durante la expedición. Cada vez quedan menos horas y una parte de mí quisiera viajar con mi familia para respirar juntos las mismas vivencias.
En la otra cara de la moneda, no todo lo que uno quisiera puede hacerse real y ésta es una prueba de autosuficiencia, fortaleza, ganas de cooperar con los demás dando todo cuanto está en mis manos, que hace que yo arda en deseos de superarla. Una y otra vez... Me levantaré incluso después de 1000 caídas si es necesario.
Puedo. Estoy segura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario