miércoles, 29 de diciembre de 2010

km 26. Par combien de chameaux m'achètes-tu ?

La rúbrica de este kilómetro es un piropo que podréis oir con mucha frecuencia si viajáis a Marruecos.



Es de noche y acabamos a llegar a Marrakech.
La cooperación para el desarrollo ha de ser entendida como un proyecto global para empezar a actuar en el ámbito local.
Éste es el consejo que Carlos, uno de los monitores me ha dicho esta misma noche.
Estoy aprendiendo a escuchar a la gente que me rodea.
Debemos aprender a escuchar a las personas.
¿Cómo voy a poder interactuar co Marruecos si no siento Marruecos?
Resuenan en mí ecos de esperanza.
Marrakech es una de las ciudades más "chic" que hasta ahora conozco del país.
Percibo aromas diferentes que han transformado la noche, fundiéndola en el "kikirikí" de la mañana.
Mango, Zara, McDonald´s y conocidas franquicias, me hacen pensar que podríamos estar hablando de cualquier otro lugar.
Pero las apariencias engañan. Detrás de un velo ilusorio de luces y color encontramos una oscura realidad.


Vendedores ambulantes atraídos por un grupo de 100 chavales uniformados (MRS), aprovechan la ocasión para "hacer el agosto".
De nuevo, niños persiguiéndonos por las aceras para que les comprásemos cerillas nos agradecen haber recibido desde 2 céntimos de dirham, hasta un pedacito de pan.

Exóticos comercios, danzas y músicas, matanza de pollos en frente de tus ojos, y nosotros en medio de tal bullicio, alucinando con la tradicional cena que disfrutamos por tan solo 4 euros, al cambio, de regateo.
Pudimos conocer las calles principales de la ciudad desde una calesa.
Intensas emociones que se han fusionado, una vez más, con un ¡Arriba chavales! UFF! Seguramente es lo que todos hemos pensado al saber que hoy no correríamos tanto como en otras ocasiones, estiramientos, flexiones, series de carreras...
¡Guau! ¡Qué baño tan refrescante! Y es que, se respira felicidad con unas pocas gotas de agua fría y un buen cazo de leche caliente.
Hemos bailado al son de conocidas canciones emitidas desde el ipod de los bomberos...
¡Qué haríamos sin estos bomberos que tan bien nos cuidan! Nos cocinan, nos dan masajes en caso de contracción muscular, nos preparan el camión con el agua potable, lista para beber...

Amanece...



Hay quien dice que la única forma de hacer historia es conociéndola a fondo.
Antes de patear la plaza de Marrakech a pleno sol, con 45º, hemos escuchado la historia del lugar y lo importante que es el regateo. Pues, en efecto, éste nació en África.

 Me han puesto una cobra enorme alrededor del cuello.
-¡Qué original bufanda de verano! me ha dicho "la locuela" de mi querida amiga Juana.
Un zumito de naranja bien frío después de aprender una danza típica, nos ha ayudado a tener fuerzas para poder regatear en condiciones. Aunque siempre te quedas con la sensación de que tú has sido timado.
¡Son unos profesionales!

Algunos compañeros no han tenido la oportunidad de conocer Marrakech por estar enfermos.
Aprovechamos las horas de autobús para contarles esta experiencia con pelos y señales.

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