martes, 28 de diciembre de 2010

km 16. Chefchaouen


Que la madre naturaleza nos cuida, es algo que sabemos bien Juana y yo. Era el cuarto día y ya estábamos afónicas.
Esta mañana hemos intentado entonar la escala pero, ha sido imposible esquivar el sentimiento de frustración al comprobar que, en efecto, ni siquiera llegábamos a fa.
Los amables bomberos que nos acompañan también nos cuidan e incluso saben aprovechar los recursos que nacen de nuestra querida y ya nombrada mère nature.
Nos prepararon una infusión con flúor y nos cambió la cara in-sofacto. 
¡Qué reponedora bebida! ¡Qué sana!
Juana y yo nos dijimos con la mirada que nos había sentado genial.
CHEFCHAOUEN!



Me impactó mucho este pueblecito, oculto entre gigantescas montañas.
Lo cierto es que me pareció estar en una pequeña Mikonos (Grecia) aunque sin mar.
Casas blancas y en tonos azulones alegraban el paso por los caminos de la villa.
Mujeres tejiendo telares a la antigua usanza y familias deseando mostrarnos a los "spagnolíos" (en arab classique) cada elemento decorativo que hace de sus casas pequeñas obras de arte, dignas de ser recogidas "in the world guide record guiness".
¡Alfombras, lámparas, sillones! ¡Ni la alfombra de Aladdín supera esta belleza!

3 comentarios:

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  2. Elenóooon :) soy alicia, de Madrid rumbo al sur, que recuerdos me trae lo que escribes!
    Te sigo! un beso:)

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  3. Elenón.. ;) Joder, al leer tus crónicas, un sentimiento de melancolía me ha invadido...
    Enserio, está bien que de vez en cuando alguien se preocupe de hacer este tipo de cosas y así poder recordar a los demás que gran viaje vivimos juntos!!!!!!!!!!
    Saludos, Olmo.

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