lunes, 27 de diciembre de 2010

km 5. Suene la guitarra.

¡El viaje está siendo movidito! Algo que la mayoría de nosotros imaginábamos.
Aprovecho para conocer mejor a las personas que me rodean. Shh...Sh...S....Silencio roto por los acordes de una guitarra española y un conjunto de voces fundidas en una sola.
¡Eso es! Todos conocemos bien las típicas canciones que nos llegan al alma, como un impulso creador que nos motiva para abrazar con ilusión las ganas de aprender.
Recuerdo las palabras de Winston Churchill puestas en boca de mi padre: "El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse".

He descubierto que cada cual es característico, diferente, interesante. Me hablan de sus estudios, sus aficiones, sus sueños... Cómo olvidar la confianza con la que nos contábamos nuestros temores, mayor cuanto mayor era la cantidad de kilómetros recorridos.

Nos alejamos de casa pero pronto divisamos una nueva. Se trata de una casa abstracta pues, qué más dará Tanzania o Marruecos si al final, el cariñoso abrazo de la gente que te escucha, es el hogar más acogedor del planeta.


Muchos
Ronquidos
Sonoros....

...Sería una manera ingeniosa de expresar cómo en estos primeros días, sólo mostramos pasividad:
-Todavía no hemos llegado a África y ya estamos deseando aprovechar al máximo "horas de sueño"-dijo un buen amigo.
-¡Despierta Pablo! Ya dormirás en tu cama cuando volvamos. El problema es, ¿desearás volver a casa cuando se presente el momento?- le dije yo.

Es el primer día oficial de la expedición y, a pesar de no haber pegado ojo en toda la noche, me lo he pasado genial. Estoy impaciente por llegar a suelo marroquí.
Se me hace la boca agua al saborear un futuro cada vez más próximo.

¡¡¡África, allá vamos!!!

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