jueves, 30 de diciembre de 2010

Km 36. Escucho el mar.


Se han abierto mis párpados.
Ya escuchaba las olas del mar antes de parpadear.
Parpadeo y no me lo creo.
Es un auténtico placer estar aquí.
Malika nos ha recibido con los brazos abiertos y algo de té.
Además, nos ha ofrecido bollitos caseros que ella misma ha cocinado.
¡Esta mujer es una joya!





Todo es eterno aunque, nunca nada es para siempre.
Siempre es ahora y toda la vida es ahora.
Eterna paz que nos brinda la mar.

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