Conocía a la mitad de los cien que somos. Sin embargo ahora y, tras un largo viaje aunque no precisamente ligero de equipaje, puedo confirmar que les conozco a todos.
Cada viaje en autobús supone una nueva combinación de grupos, de tal forma que todos podamos establecer mayores lazos de amistad.
Gasolineras, una película de Johny Deep, si es que así se escribe el nombre del actor, y más de una broma con los monitores, han merecido la pena...¡Estamos en Cádiz!
En menos de dos horas estaremos cogiendo el ferry, esta vez sí, Madrid Rumbo al Sur.
Estamos en el parking. Algunos se preocupan al preguntarse "¿por qué diantres hemos desenfundado los sacos?". Otros ya han colocado las esterillas y otros han sacado algo que nunca falla para pasar un buen rato; la baraja de cartas española.
El póquer me transmite un aroma de azar. La suerte de una buena mano y la mala suerte del que se traga un farol.
Por lo que he podido comprobar en lo que llevamos de viaje, la suerte viene y va, como las oportunidades que nos brinda la vida. Éstas no debemos dejar que se escapen pues, ahora suena divertida una experiencia que no olvidaremos jamás.
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