martes, 28 de diciembre de 2010

km 20. Tres, dos, uno, ACCIÓN!

No quería comenzar esta etapa del recordatorio de nuestro viaje con la palabra NO. JAJAJ ¡Qué paradójica es la vida! Sin embargo, nada como decir la verdad para que NO te crean. Pues NO, NO vi la película anoche mas, pude soñar mis propias memorias de África.
Lucho con mi saco para guardarlo de una vez por todas. Para mí, es la peor parte del día, en contraste con la mejor; el desayuno.
En realidad lo mejor ha sido vivir el cumpleaños de mi amiga Ana en Marruecos, con mis nuevos 99 hermanos.
Me costó mucho no comerme las chuches que desde el primer día, yo guardaba en mi mochila. Se las había guardado como regalo y me lo agradeció con un enorme y  efusivo abrazo.
Pero no se libró de la hora de deporte. Ella también corrió a pesar de todo.
Con las pilas recargadas gracias al desayuno mañanero, nos embarcamos en lo que serían más y más kilómetros de viaje. Muchas horas de autobús que, a nuestros ojos, conducían a ninguna parte.
De repente los autobuses se detuvieron.
Empezaron a escucharse trompetas y eso nos desconcertaba.
Bajamos a ver qué ocurría y

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...¡ACCIÓN!
Se habría el telón en una de las mejores películas que he visto y, encima, en directo.
Nos acabábamos de convertir en los protagonistas de un verdadero cuento de hadas. Parecía un enorme palacio con bonitas cortinas y lámparas. Un salón donde los camareros consiguieron hacernos sentir como reyes. ¡No aceptaron ser ayudados!
Tortas de maíz, una sopa típica, patisserie avec de la miel, cus-cus, y el té de menta sí que fueron bien acogidos por nuestro paladar.
Muchas sorpresas nos tenían preparadas los cooperantes que, actualmente, llevan a cabo un proyecto que consiste en fomentar la igualdad de la mujer en la sociedad.

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