¿Arañas? Sí. ¿Culebras? También. ¿Vistas inigualables? No tienen precio. Pero insisto, sí tienen recompensa.
El resto del camino continuamos subidos en las pick-ups MRS. Hubo más de uno que vio pasar su vida ante sus ojos imaginando caería por los precipicios . Todos les calmábamos con el instrumento más sano y tranquilizador que existe; la risa.
León nos contó a unos pocos sus batallitas acerca de su trabajo y de cómo éste le llena plenamente.
Otros abrazaban la fresca sombra otorgada por un árbol situado en el centro de un recinto cerrado.
Un nuevo cooperante nos esperaba allí.
Antiguamente aquel recinto fue emplazamiento de un zoco tradicional.
Fue preciso reunir cuantas más piedras mejor para facilitar la pavimentación del terreno que se restauraría como espacio reservado al comercio.
De este modo, las mujeres marroquíes podrán recuperar tradiciones sobre dura piedra, que no blanda tierra.
Esfuerzo, cooperación, organización en cadena, en definitiva, un trabajo conjunto (sinergia) con un objetivo común.
Volvimos a la Cala Iris, ansiosos por comer un bocadillo de tomate, queso y atún, sin menospreciar la manzana.
Pasamos una tarde agradable, entre amigos, entre talleres. El mío fue el de radio. He tenido la suerte de formar parte en él.
De nayor quisiera ayudar, viajar y comunicar.
Transmitir lo que siento; compartir lo que soy.
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